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La limpieza interior que hay que hacer cuando la pareja se rompe

Por 25 febrero, 2019 No hay comentarios

Limpiar el camino para una nueva relación

“Si imaginamos que nacemos con una mochila sobre la espalda y que a lo largo de la vida la vamos llenando de experiencias, emociones y conocimientos, es normal que el peso interfiera de vez en cuando en nuestro día a día”, reflexiona la sexóloga Lara herrero. Y la carga emocional es un factor muy importante que debemos tener en cuenta antes de iniciar una nueva relación estable, sobre todo cuando no nos oxigenamos entre relación y relación.

“No se puede disfrutar del presente viviendo en el pasado”, continúa la especialista. O sea, que “si deshacernos de un determinado objeto que relacionamos con nuestra expareja nos ayuda a superar la ruptura y conseguir ser más felices, adelante”, aconseja. Sin embargo, la vida no siempre es tan sencilla como la pinta Marie Kondo, y conviene no ser muy radicales en la limpieza de armario emocional. “Muchos recuerdos, objetos y vivencias con una expareja pueden haber determinado un comportamiento actual, un aprendizaje o una manera de ser. Renunciar a todo eso, también puede significar renunciar a nosotros mimos en cierta manera”.

Y la principal carga emocional no son las fotos o las entradas de cine de la primera cita. Lo que más pesa suele ser la autoflagelación, la culpa y el convencimiento de que volveremos a repetir nuestros errores.Sin embargo, predecir el futuro en función de las experiencias del pasado es una actitud tan común como errónea, advierte Herrero. “El hecho de que una relación pasada haya fracasado no significa que una relación futura también lo haga”, afirma la sexóloga.

El psicólogo Miguel Ángel Rizaldos añade que es habitual que “los miedos que se generan a que nos pueda volver a ocurrir la misma situación pueden llegar a bloquearnos, y así creer que lo mejor para no volver a pasarlo mal y sufrir es no volver a tener una relación de pareja”. Para no caer en este caos emocional, la clave está en afrontar la ruptura de la mejor manera posible. “Hay que vivir esas emociones de dolor y sufrimiento y no intentar bloquearlas”. Pero solo durante una primera etapa de duelo.

Las mujeres sufren más, pero se recuperan antes

Tras una ruptura adecuada, el primer paso para iniciar la limpieza del armario emocional es la aceptación. “Los estudios señalan que las personas que han sufrido un fracaso de pareja, para poder superarlo, necesitan entender nítidamente por qué terminó la relación”, explica el especialista. Se trata de algo así como averiguar dónde está realmente el desorden en nuestro armario para poder centrarnos en colocarlo todo en su sitio.

El siguiente paso pasa por cuidarse a uno mismo. Tal y como refleja el manual Enfoques positivos para el desarrollo óptimo de la relación de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, antes de pasar de una relación a otra es importante recomponerse a uno mismo y salir de la sensación de abandono. No obstante, como recuerda Rizaldos, “la persona debe ser paciente y permitirse una adaptación a su nueva vida, donde lo primordial es encontrar el bienestar superando el dolor causado”. Puede llevar unos meses.

Según un estudio publicado en Evolutionary Behavioural Sciences, el tiempo para superar una ruptura amorosa de media oscila entre seis meses y dos años, y varía según la resiliencia de cada persona, pero también según su sexo. Las mujeres sufren un mayor impacto emocional y físico tras la ruptura, pero también que se recuperan antes que los hombres. Muchos hombres, por el contrario, pese a no sufrir tanto tras la ruptura suelen iniciar su siguiente relación con su expareja aún en mente.

También hay que ordenar las amistades de Facebook

Guardamos ese tenedor de plástico de la ensalada por si nos vamos un día de camping, ese recuerdo de la primera cita con nuestro ex, por si algún día nos da la nostalgia. El armario emocional a veces tiene un reflejo físico, en forma de fotos, regalos y amistades en las redes sociales que deberíamos dejar en el pasado, si no queremos que nos ancle demasiado. A este respecto, Rizaldos revela que “las investigaciones sobre el cerebro muestran que la pérdida de la relación de pareja activa en el cerebro los mismos mecanismos que los de un adicto al que se le retiran las sustancias tóxicas”, de forma que pasa por algo parecido a un “periodo de abstinencia”.

En este periodo es esencial no buscar el contacto con la expareja, o regocijarse en fotos y objetos, como puede ser abrazarse a su ropa, aún con su olor. En el caso de las redes sociales, es mejor eliminar cualquier contacto, al menos por un tiempo. “Lo sano es reconocer y evitar que, aunque tengamos la impulsiva necesidad de contactar o espiar a través de las redes sociales, con ello estaremos avivando la adicción, ahondando aún más el dolor emocional que sentimos y retrasando nuestra recuperación”, insiste Rizaldos.

De hecho, un estudio realizado por la psicóloga Tara Marshall de la Universidad de Brunel, en Reino Unido, publicado en la revista Cyberpsychology, Behaviour, and Social Networking, concluyó que las personas que seguían siendo amigos en Facebook de su expareja tenían tasas más bajas de crecimiento personal. Y como cualquier persona hacendosa sabe bien, el crecimiento no siempre tiene que ser hacia afuera: hacer sitio en los armarios saturados es la mejor forma de aprovechar bien el espacio. A nivel emocional pasa lo mismo.